Continuación de Un Cuento no Contado

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¿COMO NACIÓ  LA PALABRA  MISERIA?


 La escena de esta historia se daba a diario en el patio de la casa de  doña Remedios, quien se había ganado el apodo de  doña codos, de  parte de  los niños,  que constantemente  tenían que pasar muy cerca del solar de  esta señora, para llegar a la escuela.  

¿El por qué de este apodo? Ella pasaba desde muy temprano hasta el atardecer, cuidando el árbol de aguacates,  tenía el fastidioso  trabajo de colocarse en un lugar estratégico para evitar que los niños  se los robaran; pero los niños eran astutos  y  cuando ella menos  esperaba, se subían  al árbol  y los cortaban. Doña Remedios  llegó a  convertirse en la “guardiana de  sus aguacates”.

Una noche  de invierno,  en los momentos que caía una fuerte  tormenta, tocaron a su puerta  y se preguntó quién podía andar  afuera a esas horas y mojándose… se asomó  y era un anciano completamente “empapado” (mojado), quien le suplicó  le dejara  pasar, le explicó que no era de esa zona y que no temiera que  no llevaba malas intenciones.   Sin saber por qué, doña Remedios  atendió los ruegos del  hombre extraño, le indicó que se  acercara al fuego de la chimenea, le dio una taza de chocolate bien caliente, luego  le llevó ropa seca que era de su difunto esposo, y le  indicó que le dejaría pasar la noche en el gallinero y  que  al terminar de tomar su  chocolate, se encaminara hasta el fondo de la casa.

El forastero  le agradeció el trato y le confió que él poseía  poderes sobrenaturales  y que eligió  la casa de ella, pues sabía que tenía mala fama  de ser avara y  que era conocida como Doña Codos, y  había comprobado que  ella tenía buenos sentimientos  y como pago a su hospitalidad  le pidiera un deseo  el cual iba a tener efecto al amanecer.  Doña Remedios se dijo para sí;   nada pierdo en creerle a este anciano..  ¿y qué le puedo pedir? Ah, ya sé, deseo le dijo, que todo aquel  que  se suba al árbol de aguacates, no se pueda bajar sino hasta que yo lo decida.

Al la mañana siguiente, buscó al forastero  y éste se había  marchado sin despedirse.  Bueno!,  dijo   Doña Remedios,   estaré loca  sí creo que se me cumplirá el deseo que le pedí al anciano, pero voy a comprobarlo este mismo día y se dijo para sí:  Hoy no  cuidaré  mis aguacates, dejaré que los cipotes  caigan en  la trampa.  A la hora de salida de las clases, cayeron las dos primeras víctimas, quienes gritaban y lloraban por no poderse bajar del árbol.   Ella les contó orgullosa, que  había adquirido poderes mágicos y que si  lo deseaba, ellos quedarían para siempre  allí, pero que si le prometían no volver a molestar, subiéndose para robarle los aguacates, que  les iba a permitir bajar y otra condición fue que le contaran a los demás niños sobre su poder.   Los dos niños llenos  de pavor, accedieron y regaron como pólvora la noticia que doña Remedios tenía poderes.  Solo unos pocos incrédulos  tuvieron que  vivir por carne propia tal  susto.

Ciertamente  a nuestra amiga,  se le llegó  el día de  ser la vigilante o  guardiana  de sus  aguacates,  los niños la respetaban y   nunca más quisieron saber sobre  tales frutos.
Una noche  de verano, tocaron  a la puerta de Doña Remedios y pensó que podía ser el mismo anciano para ver cómo le había ido, pero al abrir la puerta, quien la visitaba era  la Muerte,  quien sin pedirle permiso entró a su casa diciéndole: VENGO POR TI.   Ella quedó perpleja, y pensó: yo todavía no me quiero morir,  y tuvo una idea tan veloz como una bala disparada y le respondió a la muerte:  me   iré contigo, pero antes concédeme un gusto y es que me quiero comer un aguacate, ven súbete al árbol  y corta el mejor que encuentres y luego nos vamos..  La muerte cayó en la trampa y ya sabemos lo que le paso. ¡No se pudo bajar!

Por lo tanto, pasaron los días, meses, años y la  muerte permanecía  subida en el árbol de aguacates. El mundo comenzó a tener un caos sin límites, nadie podía morir, ya no cabían los habitantes, y los que eran muy ancianos ya no aguantaban su edad, querían matarse y no surtía efecto, ni los cuchillos, ni las balas, ni tirándose bajo las ruedas de trenes, de carros, no les pasaba  nada,  pues la muerte no les llegaba.   Se tornó tan crítica la situación que se tuvo que formar una  comisión mundial y averiguaron  que en el patio de doña  Remedios, estaba  subida la muerte en un árbol de aguacate y no se podía bajar, y por eso la muerte no llegaba a las personas. 

Entonces decidieron visitar a tan famosa señora y  le suplicaron  y le pidieron  que  reflexionara a favor de la humanidad y dejara bajar a la Muerte,  costó convencerla pero al fin accedió. La misma muerte  opinó que ella ya estaba para morir de tanto pedirle la bajara y ya había perdido las esperanzas.  De  repente la niña Codos o Remedios, hizo un trato con la muerte y   negoció diciéndole: TE  BAJARE  SI  ME PROMETES NO LLEVARME NUNCA DE LA TIERRA.   Acepto,  dijo   la muerte,  nunca te llevaré de la tierra, pero te cambiare  tu nombre y a partir de este día te llamarás  MISERIA.    Fin





REFLEXIÓN BÍBLICA:

En  esta tierra hay seres  ricos y pobres, lo afirma la Escritura en el Libro de los Proverbios, capítulo 22:2 y dice:   el rico y el pobre se encuentran, a ambos los hizo Jehová.

En lo personal me  hago la siguiente pregunta: y qué de los que son más pobres, que viven en la miseria?   Está narrado y claro, es un cuento! que la misma muerte se inventó la palabra Miseria!! Me atrevo a responder, que  Dios no tiene que ver con la gente que ha caído en la miseria.   Realmente estas personas caen por si mismas en tal condición:  por tocar fondo en tantos vicios, por sus maldades, etc.  Estoy segura que usted  puede reflexionar sobre esta cuestión.  

El cuento  es un cuento y vayamos al Libro que tiene palabras de vida eterna: la Biblia y en Apocalipsis capitulo 1 verso 17, 18 dice  que la muerte fue vencida por nuestro Señor Jesucristo  y le dijo al  Apóstol Juan: No temas, yo soy el primero y el último y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí  que vivo por los siglos de los siglos, amén.  Y TENGO LAS LLAVES DE LA MUERTE Y DEL HADES. (Les invito a leer en la 1ª. Carta a los Corintios 15:54,55  y Apocalípsis 21:4)

Que Dios derrame múltiples bendiciones en cada Hogar.

Hna. Bertha de Martínez

1 comentario:

  1. continuación de UN CUENTO NO CONTADO.
    Me gustaría que lo compartieran con sus familiares, hermanos en la Fe y amistades.

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